No pudo ser, España perdió frente a Alemania en la final de la Liga Europea por 2-3 (20-25, 25-21, 20-25, 25-17, 7-15). Y se tuvo que conformar con el segundo puesto.
El primer set se resolvió a favor de Alemania cuando, tras el primer tiempo técnico, los Alemanes rompieron la igualdad mediante la efectividad de su juego de saque y bloqueo. (20-25).
Los españoles recuperaron el mando del partido en el segundo set. La eficiente distribución de Falasca permitió disponer de variedad ofensiva, para superar el potente bloqueo alemán, los españoles fueron capaces de forzar la igualada en el partido 25-21.
En la batalla que mantenían los atacantes españoles con los centrales alemanes, volvieron a imponerse los germanos, en el tercer set. Los Españoles se estrellaron una y otra vez contra el bloqueo rival. El muro sobre la red que plantaron los centrales alemanes permitió a los germanos llevarse el set 20-25.
En el cuarto set llegó nuevamente el momento español. Las combinaciones de ataque española y la versatilidad del sistema ofensivo nacional posibilitaron que España retomase el mando del encuentro. Además, Julián García-Torres aportó en bloqueo, e Ibán Pérez encontró el camino para que España se llevase el set por 25-17.
El partido se tenía que resolver en el tie-break. Los centrales germanos forzaron un parcial de salida de 1-4 que marcó el set. Los alemanes arriesgaron además con el saque y la apuesta les funcionó porque España no encontró el camino para revertir esa desventaja inicial. Los remates de Jochen Schops hicieron el resto y Alemania ponía el 7-15 final que valía el título de Liga Europea.
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